- El incremento de la pobreza en Puno evidencia la urgencia de generar empleo formal y oportunidades que permitan mejorar la calidad de vida de quienes más lo necesitan.
Puno, 21 de mayo de 2025.- Puno se ha convertido en la tercera región con mayor índice de pobreza en el Perú: el 39,9 % de su población vive en esta situación, lo que equivale a más de 435 mil puneños que enfrentan serias dificultades para cubrir sus necesidades básicas. Lo más preocupante es que esta cifra ha aumentado en comparación con el periodo pre pandemia (34.7%), dejando en evidencia la urgencia de atender a quienes más padecen.
“Para reducir la pobreza en una región, es clave garantizar el crecimiento en sectores que generen empleo accesible para la población más vulnerable, como agricultura, construcción o turismo. Estos sectores pueden abrir oportunidades laborales para quienes más lo necesitan. El impacto de este crecimiento es aún mayor si va acompañado de políticas públicas que fomenten la inversión y promuevan el empleo formal, con derechos laborales y salarios justos que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas”, explicó Dittmer Quispe, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Si bien el crecimiento contribuye a reducir la pobreza, es importante también garantizar el impulso del empleo formal, que garantiza estabilidad y mejores ingresos. Actualmente, en Puno hay más de 348 mil personas que trabajan en la informalidad, especialmente entre vendedores, obreros y agricultores, de acuerdo con información del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Recordemos que, sin protección, estabilidad e ingresos adecuados, una persona no puede gozar de calidad de vida.
El costo de la pobreza: ingresos insuficientes y vulnerabilidad social
En el país, una persona es considerada en situación de pobreza si no tiene suficiente dinero para cubrir sus necesidades básicas, como alimentación, transporte, salud y educación. Según el INEI, una persona se considera en situación de pobreza si no dispone de más de S/454 mensuales para cubrir el costo de la canasta básica de bienes y servicios. Este monto es insuficiente para cubrir las necesidades básicas en los hogares de la sierra: en el área rural se necesitan S/1,352 y en el área urbana sube a S/1,596.
Si una persona no cuenta con un ingreso suficiente para cubrir lo esencial –como comida, transporte y salud– queda atrapada en un ciclo de vulnerabilidad. El especialista señaló que ello se traduce en que esta persona tendrá dificultades para comprar alimentos nutritivos, dependerá de servicios de salud limitados y enfrentará obstáculos para trasladarse a lugares de trabajo o estudio. Con el tiempo, se deterioran sus oportunidades de desarrollo, limitando su capacidad para progresar y aportar al crecimiento económico del país.
“Salir de la pobreza no depende únicamente del ingreso, sino también del entorno en el que una persona crece, y de las oportunidades educativas y formativas que recibe desde la infancia. Por ello, hoy hablamos de pobreza multidimensional, un enfoque que no solo considera la falta de ingresos, sino también las condiciones estructurales que impactan el bienestar, como el acceso a servicios esenciales, la infraestructura y las oportunidades educativas. En Puno, la pobreza no solo se manifiesta en ingresos insuficientes, sino también en las barreras sociales y económicas que limitan las posibilidades de mejorar la calidad de vida”, concluyó el economista de REDES.
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